lunes, 27 de febrero de 2017

Atlántico, bocados gallegos en Valencia

Cuando Fran me habló tan entusiasmado de Atlántico pensé que exageraba, pero cuando me contó un poco más, lo entendí.


Atlántico Casa de Petiscos, nombre curioso para los que, por desgracia, todavía no conocemos Galicia. Por tanto lo primero que hice fue buscar la traducción de Petiscos, que significa bocado, un aperitivo, un abreboca. No es el restaurante convencional gallego, es algo más informal.

Después me contó que detrás está la cocina del Chef Pepe Solla, con una estrella Michelín. Y también curioseé en internet para conocer un poco más de él. 

Al final, lo mejor es conocerlo de primera mano, y esta fue la mejor experiencia. El interior está decorado con azulejos blancos y peces pintados en azul, como si fuera una pescadería de mercado, bancos corridos con almohadones con tapizado marinero y sillas de diferentes estilos, que lo hace informal pero bastante acojedor.  



Las mesas son de madera y comes sin mantel, como lo harías en un local de mercado, en cambio las servilletas son paños de cocina de hilo. 



En el caso de Atlántico, una de las mejores bazas es la materia prima, pero la preparación de platos, a los que en Valencia no estamos tan acostumbrados, fue lo que me gustó más.



Empezamos con unas Zamburiñas en salsa agridulce pimentón y algas, deliciosas y con un puntito picante, que me encanta.



Por supuesto, pedimos los Mejillones en curry verde. Muy sabrosos, la buena materia prima es lo que tiene, pero a mí, que el curry es una de las especias que menos me gustan, se me iba la mano para poder comer los mejillones con la mayor cantidad de caldo posible. Mojé hasta el pan.



Croquetas de centollo, muy sabrosas y Tartar de vaca gallega, buena carne y buen punto de picante (por supuesto nos preguntaron como nos gustaba).



Para rematar, pedimos Costilla de cerdo cocinada 16 horas a baja temperatura se deshacía en la boca. Sabrosa y tierna.



Y por último, de postre me pedí el Tiramisú pero con productos gallegos. La verdad es que me lo comí en un suspiro.

Es de las pocas veces que hemos probado la cocina de un chef con estrella Michelín, muy buena y los precios me han parecido razonables. Por supuesto volveremos.

Aunque muchas personas no se fijan, otra de las cosas que nos gusto fue la música. Le comentaron a Fran que el propio Pepe Solla elige la música que le gusta para sus locales. Si es así, le alabo el gusto, porque tiene el mismo que nosotros. ;)

¡Ah, que no se me olvide! Mi más sincera enhorabuena por el trato recibido del personal de sala. Pendientes, pero sin agobiar y con una amabilidad exquisita. 


Atlántico Casa de Petiscos

Plaza Porta de la Mar, 4, Valencia
Teléfono: 607 566 931 






jueves, 16 de febrero de 2017

Excursión a Peña Cortada

Gracias a mi hermana Paloma, me aficioné ha disfrutar de las excursiones en las que podía aprender algo de la historia de nuestros antepasados. Mi hermana era arqueóloga y tenía facilidad para transmitir a los demás su pasión. Ella me descubrió Peña Cortada hace muchísimos años, y después de ir tantas y tantas veces siempre descubro algo nuevo.

Los acueductos fueron construidos entre finales del siglo I y mediados del siglo II. Además de conocer la vida de los romanos, también nos enseña como aprovechaban los recursos y los distribuían pese a la orografía.



La excursión la podemos hacer desde Chelva o desde Calles. Nosotros siempre la hemos hecho desde Chelva. A cuatro kilómetros antes de llegar a Chelva, hay un desvío a la derecha que nos llevará directamente a la zona de aparcamiento.

Google Maps

Empezaremos recorriendo el camino de tierra hacia la Rambla de Alcotas y allí nos encontraremos con los primeros restos del acueducto, porque de seis arcos, solo queda uno.


Continuamos el camino hacia Peña Cortada y podremos descubrir al llegar a la altura del Barranco del Gato los tres impresionantes arcos conservados con casi 18 metros de altura. La primera vez que lo vi me impactó (era muy joven) y aunque es muy ancho, me impresionó cruzarlo.


Continuamos caminando por la senda y enseguida aparece la montaña cortada como si fuera un queso. De ahí el nombre de Peña Cortada. La anchura no es más de 1,50 metros y aunque el primer tramo es alto, luego se vuelve gruta.



Si seguimos el camino veremos los túneles tallados en la montaña del acueducto. Caminaremos por el mismo sitio por donde discurría el agua que abastecía a toda la zona. 



Lo bueno es que los túneles tienen ventanas que permiten disfrutar del paisaje. 

Es curioso, pero años más tarde leí un libro que me encantó, "El clan del oso cavernario" de Jean Marie Auel, que cuenta la historia de Ayla, una pequeña Cromañon que crece junto a un clan de Neanderthales. Cada pasaje que describía la autora cuando describía la naturaleza que la rodeaba me recordaba al paisaje de Peña Cortada. Quizá ese paisaje lo compartieron con los romanos y ahora con nosotros.

Bueno, podremos continuar hasta llegar a la altura del municipio de Calles. Yo aconsejo disfrutar del paisaje y del camino y hasta donde os lleven las piernas.