Cuando voy de compras, da igual que sea una ferretería, una casa de decoración o cualquier otro tipo de comercio, siempre me fijo en cosas que pueda aprovechar para hacer colgantes, pulseras, pendientes...
Esta vez lo encontré en Gadgets Cuina, una tienda de utensilios de cocina, donde me fijé en unos pinchos de aperitivo perfectos para hacer un colgante.
¡Los pinchos eran sardinas! Y con lo que me gustan a mí y a mi amiga Make (que me acompañaba ese día) los pescaditos, no pude dejar pasar la ocasión.
Además, quería algo simple para la sardina. No me calenté mucho la cabeza.
Los pinchos, cordón negro, mosquetón y arandela.
En tres sencillos pasos, terminé el colgante.
Queda gracioso y divertido... ¡y ya tengo encargos!
Sorpresa tras sorpresa, ocurrencia tras ocurrencia. Divertido y veraniego.
ResponderEliminar